Nueva York, al otro lado del charco

Como todos los fines de semana me tocaba actualizar a mí y a lo largo de la semana temía que el día llegase porque no sabía sobre que ciudad hablar. Así que estaba preocupada porque ya me estoy quedando sin destinos, no somos como Willy Fog ―aunque tiempo al tiempo―. Pero tranquilos que vuestras periodistas por el mundo no os decepcionarán y si nos quedamos sin lugares de los que escribir: no problem. Si hace falta, yo por mi público me cojo un avión y me voy de viaje, mira tú que sacrificio ―en estos momentos añadiría el típico “jajaja” del Messenger pero creo que es muy triste reírme yo de mis propias gracias―.

Hoy os voy a hablar de una ciudad maravillosa, una ciudad que creía inalcanzable y que nunca tendría la oportunidad de visitar. Pero mis amados padres rompieron su hucha con forma de cerdito de barro ―en realidad no pasó así, obviamente fueron al banco, pero me gusta imaginarme a mis padres con un martillo rompiendo un cerdito―y me brindaron esta gran oportunidad. Como no os he dado suficientes pistas no creo que hayáis descubierto de que ciudad hablo pero no os preocupéis que yo os doy pistas: es la ciudad de la Gran Manzana, de los Yankees, de Central Park ―o el gran pastel de espinacas como lo describían en Caperucita en Manhattan― y el paisaje más frecuente en muchas de mis series y películas favoritas. ¡Sí! Estoy hablando de Nueva York.

Después de ocho largas horas para cruzar el gran charco y de convivir con una familia americana, mis compañeros y yo nos fuimos rumbo a Nueva York para acabar nuestro viaje de estudios. Al llegar allí no me lo creía, ¡estaba en Nueva York! He visto durante decenas de capítulos a Carry Bradshaw o Blair Waldorf paseando por sus largas calles y por fin era yo la que lo hacía, eso sí…con mucho menos dinero en el bolsillo y sin comprarme zapatos de Manolo Blahnik.

Nuestro hotel estaba al lado de Time Square, a unos pasos tenías el Hard Rock Café y todos los carteles luminosos que pudieses imaginar. La imagen de esas miles de luces brillando por la noche es espectacular y ponerte a pasear con tus amigos libremente lo mejora todavía más. Ya sé lo que estaréis pensando, ¿a qué clase de instituto iba esta chica para poder dormir en un hotel tan bien situado? No os precipitéis antes de hora, para que lo entendáis os voy a describir mi hostal: el recibidor tenía un gran espejo en el techo, teníamos prohibida la entrada a una habitación con luces de neón rosas, mujeres rubias con “solo” un albornoz paseaban por nuestros pasillos y extrañas limusinas aparcaban en la puerta principal.

La disposición de las calles es tan sencilla que ni yo me perdía allí, con solo andar recto ya llegabas a la famosa Quinta Avenida. En ese viaje disfruté todo lo que pude y visitamos todos lo que deseábamos ver. Uno de mis sitios favoritos fue Central Park, allí vimos un gran cúmulo de ídolos de los Beatles cantando sus canciones alrededor de una placa en honor a John Lennon, flores y fotos rodeaban la inscripción Imagine del suelo. Tras cantar a coro varias canciones con un grupo de desconocidos, mis amigos y yo nos pusimos en busca y captura de la estatua de Alicia en el País de las Maravillas y, la que me hacía especial ilusión, la estatua de Balto ―que se le va a hacer, soy una friki en ese sentido―. En la visita guiada por los profesores vimos el Empire State; Wall Street donde las barras rojas y blancas inundaban la fachada y en ferry pudimos ver la Estatua de la Libertad y el puente de Brooklyn. Obviamente también hicimos nuestro habitual recorrido por las tiendas de la zona, llegamos hasta Tyffany´s, donde no encontramos nada que se ajustara a nuestro presupuesto y también a FAO Schwarz, la tienda de juguetes donde está el piano gigante de la famosa escena de la película Big con Tom Hanks.

A pesar de que solo pude estar unos pocos días en Nueva York, intenté aprovechar cada momento allí. Ha sido uno de los mejores viajes de mi vida, por la compañía y por el destino, aunque se me han borrado todos los videos y han pasado dos años, aún me emociono cuando en una película sale un sitio en el que he estado. Espero volver pronto aunque para eso…tendré que ahorrar mucho dinero en una nueva hucha en forma de cerdito.

Lugares recomendados para visitar:

-El edificio Dakota donde vivió y murió John Lennon, además de ser el lugar donde se rodó La semilla del diablo de Polanski.

-Hard Rock Cafe de Times Square donde hay una colección de instrumentos de leyendas de la música.

-El Rockefeller Center un complejo comercial al que puedes acceder y subir a su famoso restaurante para tener una preciosa vista de la ciudad. Además, enfrente está la famosa pista de hielo con la gigantesca estatua dorada.

-La catedral de Saint Patrick es la mayor Catedral Católica de estilo Gótico de Estados Unidos.

-La Zona Cero o Ground Zero.

-El Museo Metropolitano de Arte (MET), uno de los museos más importantes del mundo.