martes, 19 de enero de 2010

Cerrado por exámenes


Nuestro blog, Periodistas por el mundo -aunque no hace falta presentaciones porque ya somos mundialmente conocidas- nació como un trabajo de clase. Nunca nos habíamos propuesto crear un blog, pero poco a poco le hemos "cogido el gustillo" a escribir aquí.
Parece que hace mucho tiempo que iniciamos nuestras actualizaciones -eramos jóvenes e inexpertas... no penséis mal- y ahora nuestra evaluación está a la vuelta de la esquina -rezad por nuestra nota, aunque obviamente, no nos hace falta-.

Si no habéis parado de leer tras nuestras alarmantes muestras de humildad, os informamos de que Periodistas por el mundo solo cerrará sus puertas temporalmente, así que secaos las lágrimas porque esto es solo un hasta pronto -que bonita y típica es esta frase-.

Como comprenderéis no podemos seguir este ritmo de actualización, porque nos gusta viajar pero también tenemos vida propia, así que... ¡tranquilos! que iremos actualizando, pero con menos frecuencia. Además, cuando acabemos la carrera y estemos en la cola del paro, tendremos tiempo de viajar y actualizar muy amenudo -no se si pilláis la indirecta, pero por si acaso matizamos: se aceptan donativos para que podamos seguir recorriendo el mundo y contándoos nuestras aventuras-.

Ya os adelantamos que proximamente escribiremos un post sobre Roma, porque como buenas expertas en la materia, hemos organizado un viaje a la capital italiana para celebrar el fin de exámenes. Como iremos con nuestros compañeros de clase dispondremos de la visión de muchos otros reporteros, no dudeis que se realiza este viaje por cuestiones laborales y que estudiaremos a fondo la fiesta nocturna italiana...que conste que lo hacemos por vosotros, ¿o no queréis una crónica detallada de la ciudad? Así que, esperad ansiosos nuestra vuelta y quién sabe...a lo mejor os torturamos con otro video.


Por ahora, os dejamos con la cabecera de Willy Fog que nos trae recuerdos de nuestras inicios con el blog:







lunes, 18 de enero de 2010

Entrevista a Amalia Margarit

Amalia Margarit es una chica rumana de 19 años que estudia Periodismo en la Universidad de Valencia. Se fue a vivir a Castellón con 9 años hasta 3º de la ESO -que cursó en EEUU-, y posteriormente regresó a Castellón, donde continuó sus estudios.
Periodistas por el mundo
no podía perderse esta oportunidad, ya que ninguna de nosotras ha visitado anteriormente Rumanía y qué mejor ocasión que esta para conocer un poco más de cerca la visión de nuestro país que tiene alguien de allí.

- ¿Cuáles fueron las razones por las que viniste a España?
No es que decidiera mucho. Se vinieron mis padres, y por tanto yo.

- ¿Vives aquí con tu familia?
Parte de mi familia está aquí, la más cercana. La parte más lejana sigue en Rumanía.

- ¿Por qué escogiste Valencia como destino?
Era la ciudad 'mediana' que más cerca quedaba de Castellón y que tenía una universidad que me interesaba.

- ¿Te costó mucho aprender el idioma o ya lo conocías?
No tardé demasiado en aprenderlo, alrededor de unos tres meses. Hay que tener en cuenta que tenía tan solo nueve años, y a esa edad los niños son como esponjas.

- ¿Te gusta Valencia?, ¿y la universidad?

Valencia me gusta, y la enseñanza que se da en la universidad también. Pero si me preguntas por la estética de la mi
sma, 'no me acaba'. Está claro que es mejorable.

- ¿Qué es lo que más te gusta de Valencia?, ¿y lo que menos?
No he acabado de investigar tanto sobre Valencia como para pronunciarme, pero de momento lo que conozco de ella me gusta. No es una ciudad ni muy grande ni muy pequeña, además es bonita, limpia...y eso me gusta. Cosas que no me gusten...todavía no hay.

- Diferencias significativas respecto a Rumanía...
En España la sociedad es, en su mayoría, de clase media. La mayor parte de la gente puede comprar lo básico, incluso un poquito más. En Rumanía hay mucho más contraste. Hay personas que no pueden comprarse lo esencial, otras que pueden permitirse lo justo y un poco más y otras personas que pueden comprarse todo lo que quieran y más. No hay uniformidad y son sociedades muy diferentes. Para explicar las diferencias entre las formas de vida aquí y allí haría falta un libro entero.


- ¿Y respecto a la gastronomía?
En Rumanía se suele comer mucho pan, aunque no estamos gordos -un milagro desde luego-. No podría establecer una diferencia clara, pero aquí parece que se coman más alimentos asados o a la brasa, como paellas, estofados...en Rumanía, en cambio, se comen más sopas y las comidas suelen ser muy elaboradas.

- ¿Qué es lo que más echas de menos?
A mis amigos, el invierno, que nieve, y vamos, ese sentimiento de 'estar en casa'.

- ¿Te gustaría volver a tu país o tienes pensado volver a vivir allí?

Estoy muy bien aquí, aunque no descarto que me vaya a otro sitio algún día. A Rumanía suelo ir en verano, aunque no siempre puedo, por razones de trabajo.

jueves, 14 de enero de 2010

De Leningrado a San Petersburgo

Y como lo prometido es más que deuda...la otra de las ciudades más importantes de Rusia ya ha llegado a Periodistas por el mundo. ¿Acaso pensabais que os íbamos a defradudar?
Sí, San Petersburgo, la antigua Leningrado, es la ciudad escogida está vez.
Como ocurre con Moscú allí todos los monumentos, las calles, los museos...son de dimensiones algo más que grandes.

Voy a dedicar buena parte de esta actualización a uno de los emblemas de la ciudad: el museo Hermitage. Es uno de los más importantes de Rusia y de los más grandes del mundo. Ocupa cinco edificios unidos (el Palacio de Invierno, el Teatro de Hermitage, el Hermitage Pequeño, el Hermitage Viejo y el Nuevo Hermitage). Como habréis imaginado es casi tan grande como mi palacio de verano (¿no cuela verdad?). Bien, pues en él se recogen más de dos millones y medio de objetos culturales. Empezó después de que Catalina II recibiese 225 cuadros de un comerciante berlinés por el pago de unas deudas. Y Catalina, no contenta con esos primeros cuadros (normal, yo tampoco me hubiese conformado) decidió comprar muchos muchos más.
Para los amantes del arte es el lugar idóneo para contemplar las obras durante horas y horas. El edificio arquitectónico ya es digno de admirar por si mismo, y las esculturas, los motivos decorativo y sobre todo los cuadros, son verdaderas joyas. En el Hermitage se pueden ver obras de autores españoles como El Greco, Velázquez, Murillo y Goya. Así como obras de los pintores flamencos y holandeses del siglo XVII, la colección del arte francés de los siglos XV al XVIII o la colección de pinturas del impresionismo y el post-impresionismo francés.

Para una persona que ha disfrutado con las clases de historia del arte que nos daba nuestro querido profesor Enric Payá ver cuadros como la Danza de Matisse (como podéis ver en la foto, ese manchurrón de la derecha soy yo haciendo como que pintaba, pero ¿que conseguí? que me cayera la bronca de la mujer que cuidaba la sala y encima no salir en la foto. Ays...) Bueno, u otros cuadros como Mujeres de Arles, de Vincent Van Gogh o incluso podías “ver” Madonna Litta de Leonardo Da Vinci. Lo escribo con comillas porque ver lo que se dice ver... Cuando llegabas a la sala había un cúmulo de personas alrededor del cuadro (y siempre está el típico con ese poder de deducción innato que te comenta: uyss ahí debe haber un cuadro muy importante. ¡Vaya un listo!). Pues bien, después de superar la masa de gente (eso ya depende de la gracia de cada uno, yo como soy delgadita y tengo los codos afilados (herencia paterna) no me suele costar mucho)consigues ver una esquina y cuando te apoderas casi de la primera fila descubres que el cuadro está recubierto de un sistema reforzado con un cristal que es de todo menos poco recargado y seguro.

Pero no solo el Hermitage es magnifico, otra de las maravillas de esta ciudad son sus teatros. Nosotros fuimos a ver El lago de los cisnes, y la verdad es que sales algo deprimida, porque después de observar las figuras que hacen, las escenas, las puntas de pies...te das cuenta de lo patosa que eres.
Si te toca de las última filas te obsequian con unos prismáticos, cada cual es libre de darles el uso que prefiera. Unos lo utilizábamos para ver la fantástica obra y otras (no diré nombres) para observar los paquetes de los bailarines con esas mallitas tan prietas.

Pero por las calles también se disfruta de cosas interesantes. Una de ellas es el Acorazado Aurora, un barco situado en el agua que actualmente es un museo y que simboliza la revolución rusa, pues fue desde donde se dio la señal del inicio de la revolución bolchevique. Otro entretenimiento son los puentes levadizos, un espectáculo muy bonito que se puede ver por las noches: se van levantando los puentes para que puedan pasar los barcos más grandes. Se aprecia entonces una bella imagen: el puerte se parte por la mitad y se alza con sus farolas, su cablado...para que puedan circular los barcos.
Otro de los monumentos es el famoso jinete de bronce uno de los símbolos más característicos de la ciudad que representa al fundador de San Petersburgo, Pedro I.
Pero si lo que quereis es pasar un buen rato... acudid al palacio de verano del zar Pedro I. En sus magníficos y por supuesto gigantescos jardines hay fuentes de todos los tipos: en forma de paraguas, iluminadas...muchas de ellas no las ves y te mojan de repente. Es un lugar muy divertido (aunque deja de serlo cuando hace mucho frío, y teniendo en cuenta que fuimos en verano, no se exactamente cuando las podrán usar como entretenimiento). Así que id con muchos ojos, no solo para evitar que te mojen las fuentes sino porque es divertido ver como se mojan también los guiris con sus chanclas y calcetines.



OTROS LUGARES DE INTERÉS PARA VISITAR:
- Catedral Smolny, de estilo barroco, en la orilla del rio Neva.
- Iglesia de la Resurrección de Jesucristo, una de las catedrales más hermosas de esta ciudad. Es parecida a la catedral se San Basilio de Moscú (en la plaza roja).
- Fortaleza de San pedro y San Pablo, la primera construcción de la ciudad.
- La catedral de San Isaac es la cuarta catedral más grande del mundo. si teneis la oportunidad subid hasta la cúpula
- La avenida Nevsky, la calle principal de San Petersburgo donde se encuentra los lugares comerciales y financieros más importantes.
- El Almirantazgo, torre de estilo clásico, de 72 metros. En la parte superior está ocupada por la escultura de un barquero, uno de los símbolos de la ciudad.

martes, 12 de enero de 2010

Remando, remando llegué a Oxford

Una de las universidades más aclamadas en Europa es Oxford, uno de esos nombres que aparecen con frecuencia en las películas. Siempre aparece el típico estudiante rubito con una sudadera de Oxford y unos músculos dignos de un Action Man. Son las universidades que a no ser que dispongas de una gran suma de dinero y puedas donar una nueva biblioteca, no conseguirás nunca plaza allí. Como yo no soy muy lista, fui hasta allí con unos amigos para morirme de envidia.

Dormíamos en el mismo campus, grandes parcelas de césped, estudiantes cargados de libros y otros hacían footing por la zona. No tuvimos suerte de vivir en primera persona una de sus fiestas universitarias, pero montamos nuestra propia celebración privada. Ya sabéis, que mejor remedio para la envidia que demostrarles de que somos capaces. Así, eclipsados por nuestra vitalidad elegirán nuestro país de destino en el Erasmus y podremos jugar con los Action Man…tendré que mirar el lado bueno, ¿no?

Dormíamos en habitaciones dobles o individuales con todas las comodidades necesarias. La única pega es que no había ascensor y tuvimos que arrastrar, en mi caso literalmente porque en el viaje rompí las ruedas de mi maleta de 25 kilos, durante varios pisos. Después, nos guiaron por el campus y los alrededores de Oxford. La universidad era tan grande como una iglesia, obviamente yo no dispongo de buenas fotos pero las que vuestro amigo Google os puede facilitar son maravillosas. Siento que no pueda proporcionar instantáneas de Oxford University desde arriba, pero, como siempre digo ¡tranquilos! Periodistas por el mundo está tramitando conseguir un helicóptero de la empresa para los próximos viajes ¿hay algún fotógrafo entre los presentes?

En cuanto acabamos la visita, nos llevaron a realizar la actividad típica de sus estudiantes: el remo. Allí que nos fuimos, todos mis compañeros, desprendíamos la habitual competitividad entre Cambridge y Oxford. Yo en mi vida había hecho algo parecido en grupo, solo he hecho dos veces piragüismo y esto no se parecía. Mi equipo, formado por cuatro valientes remeras y su capitán, nos embarcamos en la aventura. Nos metimos tanto en el papel que nos dibujamos dos rallas en cada mejilla al estilo de Rambo ―aunque yo más parecía un gato― y gritamos nuestro himno de guerra: ¡DESTRUCCIÓN! Como cabía esperar no destruimos nada y ni siquiera ganamos la carrera, pero disfruté muchísimo de la oportunidad; aunque mis amigos conociendo la enfermedad que padezco ―soy una patosa crónica, dicen que es muy grave y no sé si existe la cura…― no me dejaron casi manejar la barca.

Tras la competición, perder un remo, una zapatilla, muchos chapuzones y risas después; fuimos todos a la tienda de souvenirs. Que casualidad que la única salida posible era atravesar esa tienda para ir hacia tu casita, no son tontos estos ingleses. Así que la pequeña cabaña de recuerdos se llenó de un tumulto de jóvenes mojados comprando llaveros para su familia. No lo dudéis, todos nos compramos la sudadera de Oxford, yo pensaba comprarme una falsa que nadie nota la diferencia pero, a mi sorpresa no era tan cara la verdadera ―después de este momento publicitario espero que Oxford University & company me envíen más a casa―.

Esa misma noche, cansados de nuestro duro esfuerzo, ¿qué ocurre? Mirar como tus compañeros hacen todo el trabajo es agotador. Nos dimos una vuelta por la ciudad universitaria, os recomiendo hacer dos cosas allí: pasear sus calles grises en busca de un agradable pub y cuando os hayan echado como a nosotros, buscad una zona verde para hablar y hacer la croqueta. No hace falta decirlo pero…esa carrera, sí que la gane.

sábado, 9 de enero de 2010

Madrid 2016...¡ah no! que me he equivocado

Hoy me he puesto delante del ordenador y digo: ¿de qué lugar hablo esta semana? Mis amigas, María y Amanda, me han dejado el listón alto con sus actualizaciones isleñas…He decidido hablar de otra ciudad española para no romper la pauta de estos días, así que queridos cibernautas nos desplazamos desde Tenerife hasta el centro de la península: ¡cojamos un avión rumbo a Madrid!

Me he dado cuenta de que todavía no habíamos hablado de la capital española, de modo que me he puesto a escribir antes de que mis compañeras se dieran cuenta de su ausencia y me robasen el destino ―que no os engañen con sus rostros angelicales, son unas ladronas...ladronas de corazones ¿puedo ser más cutre? No, creo que hoy me he coronado―. Supongo que la mayoría de vosotros habrá visitado la ciudad del oso y el madroño, pero si no habéis ido nunca hasta allí, os recomiendo que dejéis los apuntes ―obviamente todos estáis estudiando y me imagino que mi público estos días será reducido― y os desplacéis hasta allí.

Madrid es una ciudad muy completa que guarda un equilibrio entre el ambiente urbano y tranquilo, gracias al Retiro los madrileños pueden alejarse de su ajetreado ritmo de vida y descansar en un amplio paisaje verde. Sin embargo, si os gusta más el estilo de Chanquete en Verano Azul, os recomiendo que alquiléis una barquita para cruzar el lago aunque cuidado... ¡controlar esos pequeños botes es más difícil de lo que parece! Siguiendo con este ambiente bohemio si eres un apasionado de la cultura, estás en el sitio idóneo ¿Por qué? Porque Madrid es la ciudad con más teatros del país, coge papel y lápiz ―para que fingir…presta atención y haz un “copia y pega”― para apuntarte los nombres que te voy a dar: puedes asistir como público al Teatro Real que ofrece entradas por 5€ a los menores de 25 años, el Lope de Vega, el Coliseum, el Calderón ―para los aficionados al fútbol…no os confundáis, ¡no estoy hablando del estadio!― y muchos otros.

En cambio, si sois unos consumistas en potencia y preferís ir de compras, no os habéis equivocado de sitio. Fashionistas de la moda coged vuestras tarjetas de crédito y dirigíos a la Calle Fuencarral y si por un casual, disponéis de mucho dinero para gastar ―lamentablemente no es mi caso― en la Calle Serrano os tratarán bien. Equipaos con vuestras cámaras porque por las calles anteriores y por Gran Vía, especialmente, pasea el famoseo español.

He ido varias veces a Madrid y es difícil elegir una vez para centrarme en alguna anécdota en particular, pero voy a elegir el verano del 2008. Un ejército de 50 jóvenes fuimos a la capital en nuestro itinerario europeo, allí hicimos todas las paradas obligatorias como el Museo del Prado, la Puerta de Alcalá o la Puerta del Sol. También visitamos el Congreso donde, como no, nos dieron una charla muy educativa ―que bien quedo cuando quiero―. Nunca había entrado, y a diferencia del Senado que no me gustó porque es un edificio muy contemporáneo, el Congreso está repleto de historia. Además, ¡están los leones para hacerse fotos!

Para acabar este post, voy a meterme en la piel de una reportera del Pronto o del Hola porque os voy a hablar de la casa de los príncipes. Sí, uno de los aspectos más llamativos de ese viaje es que conocí a los príncipes de Asturias. Me he dado cuenta de que he abierto la caja de Pandora y tendré que enfrentarme a muchas risas estos días, pero eso significará que alguien me ha leído. Fuimos en autobús a su casa donde los alrededores ya eran más grandes que el propio Retiro, y cuando estuvimos dentro bueno…lo que pude ver era similar a un museo: cuadros con el título escrito en una plaquita, lámparas de araña, baúles llenos de oro…vale ahí me he pasado, lo admito. Después de unas preguntitas y una charla, nos hicimos unas fotos y para casa otra vez. Tranquilos, Sandra esa vez tampoco os defraudó porque ¡como no! Metí la pata en varias ocasiones, cuando entramos para saludar al príncipe, yo llevaba mal la camisa y ya dentro de la sala, los organizadores me hicieron irme al final de la cola para ponerme guapa. Y claro, entré a saludar al principito riéndome en su cara, en la foto literalmente parezco china. Por último, cuando nos tocó hablar, mira que me lo recordaron veces…pero no le trate de usted a la Leti…Como sé que no me van a leer, creo que me puedo extralimitar y llamarla Leti, pero si la semana que viene veis que no actualizo el blog ya sabéis que habrán hecho conmigo…¡llamad a las autoridades! Bueno no, que están confabulados con ellos.

Lugares para visitar:

-El Hotel Puerta de América
-El Rastrillo que se pone en la Puerta de Toledo
-La Estación de Atocha
-El Tribunal Supremo

jueves, 7 de enero de 2010

Tenerife, una hora menos

Perdonad si algunos de los lugares que os describo de la capital de las Islas Canarias tienen una visión un tanto deformada, pero es que se me están acabando los lugares a los que fui hace poco y tengo que empezar a recurrir a sitios que visité en un pasado muy muy lejano.
Es un viaje, sin embargo, que recuerdo con mucho cariño porque además, ¡era la primera vez que cogía un avión¡. Aunque ahora ya esté más que acostumbrada, esa sensación en la tripa al despegar, las azafatas con las indicaciones de qué hacer si el avión se va al traste o incluso la bandeja desplegable de delante son cosas que no dejan de maravillar a una niña de nueve años.
Santa Cruz de Tenerife es una de las islas principales de el archipiélago canario, tiene un halo especial.


Tenerife sorprende desde el primer instante en el que estás ahí. Cuando me asomé a la ventana de nuestra habitación observé como justo delante de las maravillosas aguas del mar, en la playa, habían construido una carretera. Yo, indignadísima (era pequeña, pero ya una acérrima defensora de la naturaleza) comenté enseguida a mis padres la barbaridad cometida por los isleños. Entonces, mis padres, entre risas – esas risas de mayores típica frente a la ignorancia infantil- me aseguraron que no era asfalto sino arena negra. Y yo, con esa superioridad infantil me empecé a reir. ¿no sabéis que la arena es amarilla y el cielo azul?. Al final bajamos para comprobarlo y cual fue mi sorpresa al descubrir que realmente era arena, bueno más bien piedrecitas pequeñas ¡una playa negra! fue tan raro descubrir que no era asfalto...¿dónde se ha visto arena negra? pues en Tenerife, os lo acabo de decir...


Sin embargo, esto no era lo único que veíamos desde nuestro hotel. Allí al fondo, majestuoso y nevado se elevaba el pico más alto de España, el Teide, con 3.718 metros sobre el nivel del mar y el tercer volcán más alto del mundo desde su base. ¿Cuántas veces hemos estudiado ese pico? Y por primera vez yo lo tenía delante de mí.
Este volcán estuvo en erupción hace muchos años atrás y de ahí el relieve rocoso que rodea al Teide, pero desde entonces es un volcán inactivo (o al menos eso nos aseguraron).
Si quieres ir a Canarias el Teide es como suelo decir ‘de visita obligatoria’ así que para allá que nos fuimos. Un teleférico te sube hasta los 3550m donde hay unos preciosos miradores: La Fortaleza y el Pico Viejo. Pero el acceso al cráter está restringido a aquellas personas que tengan permiso especial, porque de esta manera se evita que este paisaje natural se deteriore. Pero no os preocupéis porque a Periodistas por el mundo no le gusta decepcionar y yo adquirí ese permiso para poder subir ¡hasta el mismísimo cráter! Este pase se puede conseguir en la oficina del Parque Nacional. Eso sí, con una semana de antelación y siempre limitado a las plazas que queden y a las condiciones atmosféricas del momento.
Esta ascensión ya se debe hacer a pie y te advierten que está prohibido coger piedras de recuerdo, así que por si esto lo leen las personas equivocadas niego rotundamente que cogiese una piedra muy muy pequeñita y que ahora esté en la vitrina de mi comedor.
Conforme vas subiendo notas te cuesta respirar y el oxígeno te falta, así que tomáoslo con calma porque una vez arriba...¡pum! Decepción ¡no hay brasas, no hay humo, no hay fuego...no hay demonios...! pero cuando asimilas eso, empiezas a asombrarte con todo lo que si que hay: olor a azufre, un manto blanco a tus pies de nubes, piedras calientes...y soledad, porque pocos son los afortunados que consiguen subir.



El Loro Parque es otra de las atracciones de Tenerife que no os podéis perder: los animales más característicos de esas latitudes y de otras están allí concentrados. Pajaritos por aquí, pajaritos por allá, animales acuáticos y...¡pingüinos! os parecerá una tontería pero me hizo más ilusión la cinta transportadora alrededor de estos animales para evitar las aglomeraciones de gente delante de ellos, que los propios animales en sí.


El Drago milenario es otra de las visitas que os rcomiendo, es el drago más antiguo del mundo (con más de 3000 años) situado en Icod de los vinos donde aparte de ser conocido por sus fantásticos vinos existe una maravillosa muestra de la vegetación más característica del lugar.
Respecto al tiempo...os diré que hace una temperatura muy buena, ni frío ni calor, clima tropical, o al menos eso he estudiado siempre en la escuela, pues bien, creo que fuimos la semana que debe confirmar toda regla, porque nos pillaron unas lluvias...así que no olvidéis el paraguas por si acaso.
La verdad es que lo peor de todo es cuando regresas a Valencia, porque tu vuelves a las cinco y te dicen...no, no, son las seis...y tu piensas...una hora menos...¡en mi vida!.





OTROS LUGARES IMPORTANTES PARA VISITAR:
-El zapato de Santa Sofia, formación rocosa cercana al Teide con forma de zapato, y muy característico por las fotos que se hacen desde allí.
-El castillo de San Miguel, situado en Garachico y una de las edificaciones más importantes que consiguió sobrevivir a las erupciones del volcán de Arenas Negras.
-Playa de las Teresitas, es una playa artificial con arena blanca traída desde el Sahara
-Barranco del infierno, es una reserva natural al sudoeste de Tenerife.
-Pirámides de Guímar, en la costa este de la isla, existen cinco construcciones en forma de pirámide escalonada.
- Los Novenos Mencey, estatuas humanas gigantes en la calle, al lado de la Basílica de Nuestra Señora Candelaria, que conmemoran a los colonizadores de las islas, los guanches.
- Lanzarote es otra isla de canaria de obligada asistencia, pero no os voy a desvelar nada todavía, ¡dejad que me guarde algún as en la manga para cuando se me vayan acabando los destinos!.

martes, 5 de enero de 2010

Mallorca, ciudad de vacaciones



La mayoría de las veces que escuchamos la palabra 'Mallorca' pensamos en verano, vacaciones y fiesta, ¿a que sí?. Pues bien, en estas mismas circunstancias se debió mi visita a esta gran isla del archipiélago balear.
Como es típico, yo fui de viaje de graduación, como tantos otros, tras acabar el selectivo. Durante esa semana Palma de Mallorca se llenó de estudiantes de todas partes en busca de las tres características citadas anteriormente; y es que se trata de una ciudad especialmente turística, sobre todo por esas fechas.

Nosotros tuvimos la oportunidad de hospedarnos en el hotel Sun Club el Dorado, que sin ninguna duda, os lo aconsejo. Es una pasada: está dividido en bungalows y dispone de dos piscinas, restaurante con barra libre, polideportivo y una cala preciosa. Vamos, que no es necesario moverse del hotel para pasar unas buenas vacaciones. El único problema es que para bajar hasta el centro de Mallorca había que desplazarse en autobús o en coche.

Lo más característico de la isla es la impresionante playa que tiene, abarrotada principalmente en verano por turistas. Destaca la zona llamada el Arenal, llena y hoteles y de pubs situados en el mismo paseo de la playa, y se trata de uno de los lugares más frecuentados por las noches. Y siguiendo con las zonas de fiesta, son conocidas las discotecas como Abraxas, Diamonds, BCM o Tito's, en las que te 'sablan' especialmente si eres extranjero. En esta última conseguimos entrar gratis pasándonos el cuño...sólo doy ideas.

Pero si lo que buscamos es algo más tranquilito, y no solo fiesta y desfase, Mallorca también tiene algunos monumentos que pueden visitarse. Cabe decir que en la mayoría de los viajes a esta isla esto suele ser secundario, pero no por ello dejan de ser lugares recomendados por su interés. La Catedral de Santa María de Palma, catedral gótica, situada al lado del puerto de la isla y más conocida como La Seu. Es enorme y puede verse también en su interior. Desde la entrada hay bonitas vistas al puerto y a la playa, rodeada de las murallas árabes que protegían la ciudad y por una zona de árboles que en su conjunto crean un precioso paisaje.
Por otro lado, en lo alto de una montaña se visualiza el Castillo de Bellver -que significa 'Buena vista'-, también de estilo gótico, situado en una zona rodeada de bosque. Yo no tuve la oportunidad de subir hasta él, pero desde lo alto del Castillo se puede contemplar toda la ciudad y la costa, así como la sierra de Tramontana. Por último, también es conocida en el centro de Mallorca La Lonja, abierta al público y dnde se realizan temporalmente exposiciones en su interior.

La mejor estación para visitar la isla es primavera o verano, que es cuando más se puede disfrutar de ella y de sus estupendas playas, aunque durante el invierno las temperaturas son moderadas y no extremadamente frías, a excepción de la zona de la Sierra de Tramontana, donde es habitual que nieve.

Para finalizar la visita por Palma de Mallorca, no puedo olvidar aconsejaros que compréis ensaimadas. Son típicas de allí y por experiencia diré que están buenísimas, de hecho me arrepentí de no haberme traído a Valencia más de una; o bien, para quien prefiera lo salado, la sobrasada mallorquina también es famosa. A mí me queda pendiente su compra para la próxima vez que vaya.



Lugares que recomiendo visitar:

  • La Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, situada en la costa y de estilo gótico.
  • El Castillo de Bellver, en lo alto de la montaña y con unas vistas espectaculares.
  • El Santuario de Lluch, lugar de peregrinaje por la Virgen de Lluch, Patrona de Mallorca.
  • El Arenal, zona más visitada de pubs y hoteles cercanos a la playa.
  • La Lonja de Palma de Mallorca.
  • Es Baluard, museo de Arte Moderno y Contemporáneo, con obras de Picasso o Miró, entre otros.

domingo, 3 de enero de 2010

Pamplona: ¡Cuidado que viene el toro!

El verano pasado estuve en Pamplona, nunca había estado en esta ciudad y una amiga me invitó a los Sanfermines. Como es normal, no desaproveché esa invitación y allí que me fui. Cogí un autobús y después de 6 horas llegaría a mi destino, era un largo trayecto en el que solo estábamos mi mp4, mi bolsa de patatas fritas y yo. Pero el viaje no fue para nada tranquilo, ya demostraba como iba a ser esa semana... llena de anécdotas.

Mi viaje de ida fue una serie de catástrofes ilimitadas: comenzó a llover y granizar, un niño se puso histérico llorando y gritando mientras corría por el autobús como un personaje de una película de terror y la Guardia Civil nos hizo parar. Cuatro hombres con sus compañeros, los sabuesos, empezaron a registrar todas las maletas. En ese momento, como si él ya lo supiese, mi padre me llama al móvil. Y para mi asombro, cuando le explicó la situación me pregunta con toda la normalidad del mundo: "oye…tú ¿no llevarás nada en la mochila?" Para los que no lo sepáis, mi puesto en periodistas por el mundo es una tapadera; viajo tanto porque soy contrabandista de droga…
En un viaje como este, si vas sola y al bajar en el área de servicio no encuentras tu autobús, no temas. Solo tienes que hacer una cosa: busca a un grupo de jóvenes vestidos de blanco y rojo, ¡eureka! Yo, cuando veía las noticias pensaba que solo algunas personas se vestían así, ¡pero no! Todos los pamploneses tienen dos armarios en su casa: su ropa corriente y la ropa de los Sanfermines. ¿Quién tiene tanta ropa roja y blanca? Obviamente, una semana antes del viaje tuve que irme de compras para ir bien preparada.

Cuando llegas a la estación de Pamplona ―yo estaba en Barañain, un pueblo con un Record Guiness al ser el pueblo con más habitantes pero sin ningún semáforo― te das cuenta que la fiesta dura, literalmente, las 24 horas del día. A diferencia de las Fallas, por ejemplo, que la gente se queja de la contaminación acústica ―que culto me ha quedado― y las carpas las cierran pronto. Los Sanfermines es otra cosa, desde la mañana hasta la noche hay espíritu festero. Los parques están llenos de jóvenes descansando o durmiendo, si no tienes amigas tan hospitalarias como tengo yo. Las charangas suben y bajan las calles tocando y seguidos por una larga cola de gente bailando al ritmo de su música, algunos incluso disfrazados.

Nosotras a la noche nos bajábamos a la ciudad bocadillo en mano e íbamos a ver los fuegos artificiales. Después de salir de allí, sino te pisa la masa de gente antes, vas en busca del resto de tu cuadrilla ―es como llaman allí a las peñas, usamos palabras distintas, por ejemplo les hace mucha gracia la palabra rebeca o decir victoria a las zapatillas, me decían ¿qué pasa que le ponéis a toda la ropa nombre de chica?- Allí no hay casales, solo alguna peña y un escenario en la plaza. A diferencia de en Valencia, los jóvenes van de pub en pub, se oye la música desde la calle y así sabes que local te gusta antes de entrar. Entre baile y baile, cubata y cubata vas dando vueltas alrededor de las calles buscando a gente que conozcas ―eso no cambia en ninguna ciudad de España―.

Después de horas y horas de fiesta, si todavía sigues vivo, tienes que ir a la plaza de toros para ver la corrida de toros -sé que repito dos veces toros, pero si digo corrida solamente ya sé en lo que vais a pensar-. Yo solo fui una vez, el mismo día que volvía a Valencia fuimos directas con mi maleta de ruedas, ¿adivinad de qué color es? Allí, si consigues coger sitio esperas a que lleguen los toros y los corredores, mientras los asistentes cantan canciones e himnos que se continúan de un extremo a otro de la plaza. Lo que más me gustó fue hacer la ola, después llegó una multitud blanca y roja corriendo y sorteando los toros. Algunos espabilados entraban más tarde después de entrar los animales, pero el público no es tonto y abucheaba a los impostores.

Así que, si os gusta la fiesta os obligo a ir a los Sanfermines aunque dispongais de pocos días. Yo fui y me encantó, eso sí, llegas a casa por los suelos; yo acabé el viaje con anginas y una semana en cama al llegar a Valencia. Aun así, la experiencia fue genial y el año que viene, si tengo tiempo, me encantaría repetir...¿qué me dices Idoia? Pero esta vez me llevaré una bufanda para la garganta porque allí por las noches hace frío, no como en Valencia. Me llamaban exagerada, no se si será que estoy acostumbrada al sol valenciano pero… ¡se hacía de noche muy pronto! Mis amigos aclimatados ya, iban en manga corta y yo recopilaba todas las chaquetas que podía. Ya sabéis, id a Pamplona en Sanfermines y abrigaos pero siempre con chaquetas rojas o blancas, porque sino es preferible la muerte. Pero… ¿cuándo son los Sanfermines? 1 de enero, 2 de febrero…

Lugares de interés:

-La plaza de toros
-La plaza del castillo viejo, allí está uno de mis pubs preferidos: el Zulo
-La calle mayor
-La taconera

viernes, 1 de enero de 2010

Érase una vez...Praga

Érase una vez...una ciudad de cuento, ciudad de la Europa imperial. Praga, capital de la República Checa, ciudad majestuosa. También conocida como la ciudad de las cien torres. En esta ciudad todo esta cuidado al detalle, todo decorado y conservado con sumo cariño. Calles empedradas, barrios con casas pequeñas...era la ciudad de nuestra protagonista: la pequeña Amanda.


Amanda había salido a dar una vuelta, aunque apenas tenía 10 años era una chica muy despierta. Estaba cruzando por el puente de Carlos, que unía las dos Pragas cortadas por el río Moldava. Este puente siempre le fascinaba. Estaba lleno de gente, de ambiente, de transeúntes, de vida. Lo que más le gustaba era la cantidad de artistas distribuidos a lo largo del puente que con música y cantos amenizaban el paseo a los tranquilos viandantes.



Siguió andando y llegó al museo Nacional de Praga que según contaba su profesor, fue fundado en 1818 y se había consagrado como el museo más antiguo y famoso de la República Checa. Este museo se encontraba en la bella plaza de San Wenceslao (el pato de Amanda debía su nombre a esta plaza).
La niña pasó también frente al gran café de Praga donde se tomaban magníficos cafés y algo caros según había oído decir a su padre. Pero este no era el único lugar donde podían reunirse ‘los mayores’. Amanda conocía aquellos recintos donde los turistas y los habitantes de su ciudad se reunían para beber cerveza negra. Una cerveza exquisita, pero poco apreciada por el paladar de la niña. ¡que asco! Pensaba siempre que veía a alguien beberla.
Con estos pensamientos la niña llegó a la plaza de la Ciudad Vieja, esta plaza tenía muchos puestos de madera donde se vendían toda clase de productos artesanales. Vio un tiovivo también de este material, le apetecía subir pero no llevaba dinero.
Se sintió triste, pero poco le duró su pena cuando empezó a escuchar la melodía del reloj de la Torre del reloj astronómico, en el edificio de la ciudad Vieja, en la misma plaza donde se encontraba. Era uno de los relojes más famosos de Europa, que databa de la época medieval. Era un reloj que maravillaba no solo por su belleza, sino por su singularidad, una esfera con los símbolos del zodiaco, se superpone a otra que indica la posición y el movimiento de los cuerpos celestes con relación a Praga, y otras muchas funciones que la niña no era capaz de entender. Tenía suerte, eran las cinco en punto y el reloj, como cada hora, indicaba a los habitantes en que momento del día se encontraban. Junto a la melodía aparecían personajes de la esfera: los apóstoles, la muerte, San Pedro...un espectáculo que la niña siempre admiraba aunque se lo supiese de memoria. El último sonido le hizo recordar que llegaba tarde a casa.



Amanda empezó a correr de vuelta a casa. Atropelladamente se cruzó con personas, coches, llegaba tarde una vez más y sus padres le reñirían. Oía frases sueltas cuando se cruzaba con la gente: “armario empotrado”, “no se que hacer para comer”, “Karlovy Vary”... ¿Karlovy Vary? ¿de que le sonaba ese nombre? ¡ah si! Recordó. Era una población cercana a Praga que antiguamente gozaba de mucha fama porque allí pasaban su tiempo de ocio y recreo los reyes y gente de un alto status a bañarse, charlar... Nunca había estado, pero conocía que allí habían unas fuentes termales magníficas que los turistas actualmente podían visitar. Se podía beber de ellas, cada una a una temperatura diferente, decían que eran fuentes curativas, y también se podían tomar baños. Actualmente estas fuentes estaban rodeadas de hoteles muy lujosos.


La niña por fin llegó a casa.
-Amanda ¡llegas tarde! Nos perderemos el teatro de sombras. (como es un cuento la niña no fue castigada)
El teatro de sombras era uno de los más típicos y famosos de Praga. Con un fondo negro, y los artistas vestidos del mismo color, se representan escenas magníficas. Los decorados y personajes parecen flotar, las figuras cambian constantemente. La magia está servida.
La niña se quedó dormida. Había sido un día muy agotador.





OTROS LUGARES PARA VISITAR:
-El homenaje a Mozart, una escultura de bronce que representa a un hombre sentado con una capa, alicaído. Es una figura un poco tétrica.
-Escultura homenaje a Karl Marx
-Palacio Real de Praga que desde el siglo XI era sede de príncipes y reyes.
-La Calzada Real, una de las calles más importantes y visitadas. Con un suelo empedrado, la calle está llena de casas típicas.
-Catedral de San Vito.
-Iglesia de San Nicolas.
-Casa Rott.
-Castillo de Praga.
- La Casa Municipal, que equivaldría a nuestro ayuntamiento.